No es normal que, aunque esté sujeto con la correa, se lance a perseguir a otro perro que pasa por su lado y le ladre, gruña o enseñe los dientes, en definitiva se muestre agresivo. La relación del perro con sus congéneres está normalizada cuando se registran: olisqueos, movimientos corporales que transmiten información (con las orejas o la cola) o juegos, pero no intimidación o intento de agresión por sistema.
Las peleas con otros perros pueden ocurrir porque el animal sea muy territorial, es decir, interpreta que otro perro ha invadido su espacio y amenaza su liderazgo cuando se le acerca demasiado. La reacción es intimidar al intruso, o se podría decir ahuyentarlo mediante estas acciones: ladrar, gruñir, enseñar los dientes y hacer un amago de ataque. En la mayoría de los casos, la riña queda en una amenaza que se traduce en: «No te acerques más o te las verás conmigo». Los enfrentamientos también se pueden desencadenar porque hay una perra en celo por la zona y los machos compiten por cortejarla. En otros casos, si el perro retado responde con una agresión y los dueños no pueden controlar la situación, son posibles las heridas de gravedad.
En un grupo de perros pueden ocurrir peleas y enfrentamientos por rivalidad jerárquica. Por ello es imprescindible, que los dueños deben dejar muy claro que ellos son los líderes de la manada. En ocasiones, el perro gruñe, enseña los dientes y ladra, pero ello no implica que vaya a atacar, solo advierte de que está enfadado y muestra sus armas para amenazar.
Un frenchie que no está bien socializado puede desarrollar problemas de relación con otros perros. Es posible que no se haya relacionado lo suficiente con otros perros en su etapa de cachorro, por eso es imprescindible esa relación y aprendizaje con sus hermanos y madre, hasta los dos meses de vida. Esta es otra de las causas que provoca este tipo de comportamientos. ya que no ha tenido tiempo de aprender las normas básicas de relación con sus congéneres.
Un perro puede resultar herido de gravedad por mordeduras. En este caso hay que acudir al veterinario, pero antes, podemos practicar algunos primeros auxilios:
Las hemorragias causadas por las mordeduras son muy espectaculares y los primeros en ponerse nerviosos somos nosotros, sus dueños. Por este motivo, hay que mantener la calma y la cabeza muy fría para actuar con la mayor coherencia. Siempre tenemos que transmitir la mayor tranquilidad al animal que está dolorido y asustado, si no queremos empeorar la situación.
La hemorragia puede ser considerable. En este caso, intentaremos detenerla mientras se presiona con la mano, una gasa o un paño. Si no se sabe hacer bien un torniquete, es mejor no arriesgarse, ya que se puede causar gangrena.
Las complicaciones más graves asociadas a este tipo de lesiones son: las laceraciones musculares, los abscesos, las fracturas y las perforaciones de pulmón o de órganos abdominales como intestino, hígado o bazo.
Artículo de Carolina Pinedo (consumer.es)
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