Las alergias a la comida no son tan raras en el perro. Junto a la alergia a la saliva de la pulga y las reacciones a algunas partículas presentes en el ambiente (polen o ciertos ambientadores), la alergia alimentaria es una de las más comunes . El animal puede incluso desarrollar, de forma inesperada, intolerancias a ingredientes de la dieta que ha ingerido durante años.
Existen factores genéticos que entran en juego a la hora de que nuestro frenchie desarrolle una alergia.
Un perro adulto no está exento de desarrollar una reacción alérgica a los alimentos: puede aparecer a cualquier edad (aunque lo más común es que surjan entre el primer y el tercer año de edad). La veterinaria Nerea González explica que la mayor parte de las alergias alimentarias en perros que llegan a su consulta están relacionadas con «el almidón (presente en el arroz), el cordero y el pollo».
El cuerpo reacciona de forma visible cuando aparece una alergia. La piel suele ser una de las primeras en resentirse y desarrolla dermatitis. «La piel responde con enrojecimientos, descamaciones y picor constante», señala Nerea González. Para reducir el tan molesto picor, se recomienda administrar al frenchie ácidos grasos que tienen un efecto antiinflamatorio y reducen el prurito. Otras señales de alarma que alertan de una alergia, indica González, «son los vómitos y la diarrea«. Por ello, una rápida visita al veterinario es fundamental ante las primeras manifestaciones de los síntomas alérgicos.
Manejar tres conceptos útiles acerca de las alergias a alimentos en perros ayuda a detectarlas a tiempo y a tratarlas de forma adecuada. Uno: suele ser común que un animal alérgico padezca más de una enfermedad alérgica. Dos: no existe ninguna medicación que cure una alergia. Tres: sobre todo se debe tener en cuenta que, para detectar una alergia alimentaria en nuestra mascota, el análisis de sangre no es un modo del todo eficaz. ¿Cómo se debe actuar entonces ante una alergia alimentaria en el bulldog?
Para identificar las sustancias presentes en la comida que provocan alergia al bulldog, se hace necesario someter al animal a una dieta hipoalergénica. Estas dietas suelen incluir una fuente de proteínas hidrolizadas e hidratos de carbono a las que el perro ha tenido poca o ninguna exposición previa.
Si el perro ofrece alguna mejoría durante la dieta hipoalergénica se debe retornar a la dieta original, para confirmar que ésta es la causante de la reacción alérgica. Y con mayor precisión, detectar a qué ingrediente concreto de la dieta original es alérgico.
«En casos de alergia es fundamental que el dueño colabore al máximo; eso ayuda a identificar cuáles son los alimentos que están causando la alergia en nuestro perro», continúa la veterinaria. «Por ejemplo: cambiar el arroz por el pollo, éste por el cordero, etc. Así, de forma paulatina, hasta que logremos detectar el ingrediente al que nuestra mascota es alérgica», señala González.
Podemos comenzar por administrar al frenchie un único ingrediente de la dieta, esperando después el tiempo suficiente para comprobar si es ese ingrediente el que provoca la aparición de la alergia. Si no se observa reacción, pasaremos al siguiente ingrediente de la dieta del perro. El período de vigilancia para cada nuevo ingrediente debe durar en torno a una semana; aunque por lo general los perros desarrollan síntomas de alergia en los primeros días.
En caso de que la alergia haga aparición, hemos de retirar el último ingrediente añadido y esperar a que los síntomas desaparezcan antes de pasar al siguiente ingrediente. Para asegurar el éxito del tratamiento, que ha de estar en todo momento supervisado por su veterinario habitual.
Con el fin de evitar acumular kilos de comida desechada en casa, a la que nuestra mascota es alérgica, lo ideal es realizar estas dietas hipoalérgicas con envases pequeños de comida para perros. Incluso muestras comerciales que ofrecen los veterinarios.
Cuando se trata de identificar el componente del alimento al que el bulldog es sensible, es importante eliminar de la dieta las golosinas y los juguetes masticables, que pueden contener algún componente alergénico. Conviene vigilar, además, que nuestro perro no toma nada del suelo cuando le sacamos de paseo.
La cooperación del entorno puede ser determinante: todos los miembros de la familia han de estar al tanto de la dieta del animal. De esta forma se evitará que el perro tenga acceso a algún alimento diferente, fuera de la dieta hipoalergénica.
Fuente del artículo : consumer.es
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