Tu Frenchie pasa la mayor parte del día dormitando, solo se levanta del sofá para acudir al plato de comida, no vive con otros animales y la larga jornada laboral de sus dueños supone demasiadas horas en soledad y paseos caninos cortos, que no se prestan a juegos. Esta podría ser la crónica de un perro sedentario. Pero, ¿este ritmo de vida tiene consecuencias para su salud? Este artículo da la respuesta y revela la forma de prevenir la inactividad física de tu peludo amigo.
Perros urbanos y sedentarios: problemas de salud
La falta de tiempo es habitual en los tiempos que corren. Las largas jornadas laborales mantienen a los trabajadores fuera de casa muchas horas, dejando pocos momentos para la práctica de ejercicio físico. Según un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inactividad física causa 1,9 millones de muertes prematuras de personas cada año en todo el mundo. Y los perros no escapan a estos hábitos sedentarios tan poco saludables. «Una clínica veterinaria ubicada en una ciudad puede atender a alrededor de un 40% de canes con problemas de salud derivados del sedentarismo, como la obesidad», apunta Lina Sáez, veterinaria.
El sedentarismo es frecuente en perros con determinados hábitos de vida. No obstante, hay que tener en cuenta que ciertas razas caninas necesitan menos actividad que otras, debido a sus características físicas y su carácter, como en el caso del mastín o del bulldog. Aun así, es recomendable que estas mascotas, que tienden a moverse poco, hagan un mínimo de ejercicio físico diario.
¿Es mi Frenchie sedentario?
Es habitual que un can con hábitos sedentarios tenga las siguientes costumbres:
Vive en la ciudad. El perro habita en un piso sin acceso al exterior. Por lo tanto, no realiza tanta actividad como un can que vive en el campo o cerca, cuya casa tiene un jardín y camina más. No obstante, «hay perros que viven en chalés y tampoco están en forma, porque no salen nunca a caminar con sus dueños», explica Sáez. Por tanto, conviene pasear también con ellos fuera de casa, aunque tengan jardín, recomienda esta veterinaria.
No convive con otros animales con los que pudiera jugar durante la ausencia de sus propietarios.
El perro está esterilizado, lo que le provoca un cambio hormonal que le aumenta el apetito y tiene más riesgo de padecer obesidad, que supone un caldo de cultivo para que sea sedentario.
Un can sedentario suele sustituir la falta de actividad por las idas y venidas al plato de comida.
Los perros imitan y se adaptan a los hábitos de sus dueños, de manera que si su familia humana pasea solo lo justo o se sobrealimenta, el can es probable que haga lo mismo.
Un perro necesita realizar cierta actividad física durante el día para estar sano. Precisa, como mínimo, tres paseos caninos diarios de alrededor de 20 minutos cada uno. Y si entre una salida y otra hace alguna actividad en casa, como jugar, el ejercicio físico será más completo.
De lo contrario, el perro sedentario tiende a desarrollar determinadas patologías como:
Obesidad y sobrepeso. Un can sedentario no gasta las calorías del alimento que ingiere, lo que se traduce en grasa que se acumula en su cuerpo. Es habitual el caso de perros que suplen la falta de motivación para moverse y de estímulos en casa para jugar o hacer ejercicio con el exceso de ingesta de comida.
Problemas articulares. Los canes inactivos y, sobre todo si tienen sobrepeso o son obesos, pueden desarrollar con más facilidad problemas articulares, como la artrosis. La sobrecarga de las articulaciones y la falta de movimiento acaban por desgastarlas y deteriorarlas.
Diabetes y cardiopatías. Los perros sedentarios tienden a padecer obesidad, y ese exceso de grasa corporal favorece la aparición de enfermedades metabólicas como la diabetes, así como problemas cardíacos.
Articulo por : Carolina Pinedo (consumer.es)
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