Las garrapatas son, junto con las pulgas, los parásitos externos más frecuentes en los perros. De tamaño pequeño -miden unos pocos milímetros- y con ocho patas, se alimentan de la sangre del animal afectado. Cuando alcanzan su cuerpo, estos parásitos de la familia de las arañas se agarran a la piel del perro gracias a una potente mandíbula. Las garrapatas muerden entonces al animal y se alimentan de su sangre, con riesgo de infecciones y de que transmitan alguna enfermedad al peludo amigo.
A continuación se explica, en cuatro pasos, qué hacer para alejar, evitar y eliminar las garrapatas del perro.
La primera pauta para alejar a las garrapatas del perro es el baño: la higiene con agua y jabones naturales para perros son una de las claves para prevenir las garrapatas.
En cachorros, sin embargo, hay que extremar las precauciones, ya que mojarlos no siempre es posible. «Los baños en los cachorros que aún no han terminado su calendario de vacunación hay que evitarlos, siempre que estos puedan ser la causa de un enfriamiento en el animal», explica el veterinario Alfonso Risoto. Cuando sea necesario, habrá que minimizar los peligros para la salud del cachorro. Un secador, aplicado a unos 30 centímetros de distancia, es una forma eficiente de evitar los constipados del delicado perro.
Los productos de desparasitación externa permiten distanciar a las garrapatas y proteger al frenchie. Los métodos de lucha contra las garrapatas en perros son numerosos: desde los clásicos collares y pipetas de aplicación subcutánea hasta los aerosoles, que se pulverizan sobre el pelo del amigo de cuatro patas, con acción inmediata. También hay productos, como champús y otras lociones antiparasitarias para perros, que pueden formar parte de la rutina habitual del baño del animal.
Los cachorros, sin embargo, pueden ser aún demasiado sensibles para soportar la acción de estos ungüentos (una gran opción son los jabones naturales, ya que no tienen contraindicaciones). Algunos de los antiparasitarios no pueden ser utilizados en cachorros de menos de tres meses. El veterinario podrá aconsejar cuál es el mejor y qué hacer en cada caso.
Las garrapatas esperan entre hierbas y matorrales el paso del perro. Por eso, las precauciones para distanciarlas del frenchie no siempre son suficientes. Así que no es extraño que vuelva con algunos de estos parásitos a casa tras los paseos.
Una vez que ya está adherida a la piel, ¿qué hacer para eliminar la garrapata del perro? La clave está en no aventurarse, si no se está seguro de saber cómo extraer la garrapata del perro. El insecto se une con fuerza a la piel canina, por lo que parte de su cuerpo puede quedar dentro, con la consecuente infección para el animal. En este caso, la pauta es acudir al veterinario.
Si la garrapata aún no se ha unido a la piel, es posible atraparla con unas pinzas del pelo o un trozo de papel higiénico, siempre por las patas.
Las garrapatas ancladas al cuerpo del perro no se pueden retirar sin más. «Hay que hacerlo de manera adecuada, para evitar que parte de la garrapata quede dentro de la piel del can. De ser así, hay riesgo de que contraiga infecciones y enfermedades», explica Manuel Lázaro, del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid. La garrapata debe estar ya muerta cuando se arranca del cuerpo del perro. Para conseguir matar al parásito, se pueden usar dos métodos:
La garrapata se desprende del perro una vez que ha muerto. En caso de que siguiera adherida a su piel, se pueden usar unas pinzas finas para tirar con cuidado hasta que el parásito caiga. Una vez desprendido del perro, no debe tirarse al suelo ni pisarse. La razón es que puede propagar enfermedades a través de las bacterias que porta en el interior de su cuerpo. Lo más recomendable para deshacerse de las garrapatas es quemarlas o tirarlas a la basura.
La garrapata muerde, por lo que causa heridas en la piel del can. Por ello, tras eliminar el parásito, hay que curar la herida del perro con detenimiento.
El primer paso consiste en limpiar la zona afectada por la garrapata, con jabón y agua templada. Después, habrá que desinfectar el corte con antiséptico de yodo, reducido antes con una proporción similar de agua, mezclada con ayuda de un bote cerrado que se agite.
El siguiente paso es dejar airear la herida causada por la garrapata en la piel del perro, con cuidado de que el animal no tenga acceso a ella. En los casos de mayor gravedad, puede ser útil recurrir a un collar isabelino.